Recurso didáctico para la enseñanza de la Biblia
El pasaje del Evangelio elegido es: Mateo, 19: Peligros de las riquezas
Cita bíblica: (Mt 19,16-22)
Edad o nivel: 5º curso de Educación Primaria (10-11 años)
Elementos curriculares:
CONTENIDOS CRITERIOS DE EVALUACIÓN ESTÁNDARES DE APRENDIZAJE Dios desea un pueblo santo: los diez mandamientos
Comprender y respetar las características del pueblo que Dios quiere contenidas en el decálogo
Clasifica y es consciente del contenido del decálogo. Describe con sus palabras experiencias de su vida relacionadas con los mandamientos
ACTIVIDAD PROPUESTA: Para el desarrollo de la actividad se parte del texto bíblico que aparece a continuación, centrado en los conocidos como “diez mandamientos”. Sin embargo, antes del reparto del texto, el profesor realizará un pequeño ejercicio de introducción para un mejor desarrollo de la actividad. Este ejercicio consistirá en presentar una serie de diapositivas con imágenes que se relacionan, desde el punto de vista social, con el decálogo (el típico enebro en llamas, dos tablas con inscripciones, un hombre con barbas sosteniéndolas, etc.) con idea de que los alumnos hagan una lluvia de ideas buscando el acierto definitivo. Tras haber captado la atención del alumnado se hará entrega de un texto bíblico directo como punto de partida, aconsejable para tal ciclo, y se proseguirá en la realización de la tarea:
<< Se le acercó un hombre y le dijo: “Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para alcanzar la vida eterna?” Él le dijo: “¿Qué me preguntas acerca de lo que es bueno? El único bueno es Dios. Pero, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos”. Replicó: “¿Cuáles?” Jesús dijo: “No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falsos testimonios, honra a tu padre y a tu madre y ama a tu prójimo como a ti mismo”. El joven le dijo: “Todo eso lo he guardado. ¿Qué más hace falta?” Jesús le dijo: “Si quieres ser perfecto, anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; después, ven y sígueme”. Al oír esto, el joven se fue muy triste, porque tenía muchos bienes. >> Al leer el texto los alumnos estarán al tanto de la importancia del decálogo en la Biblia y para los creyentes. Teniendo su origen en el Antiguo Testamento es significado tan relevante que continúa apareciendo en el Nuevo Testamento como parte incuestionable de la fe. Esa importancia llega hasta la actualidad, donde el decálogo es un saber general que excede incluso a la creencia religiosa. Un conocimiento global elemental sobre la Biblia que trabajaremos en clase. Una vez expuesto el texto se observa como faltan ciertos mandamientos que completan el decálogo. Por tanto la primera parte de la actividad será buscar en la Biblia, de forma individual, los mandamientos que ahí no aparecen y elaborar la lista completa, tras facilitar el profesor un libro en el que encontrarlos (Deuteronomio). Este procedimiento ayuda a desarrollar en el alumno la capacidad de búsqueda en la Biblia y referenciarla. Para este registro se pedirá al alumnado que a continuación de cada mandamiento exponga con sus propias palabras, y como ampliación, el significado que ellos han observado. La segunda parte de la actividad tendrá lugar a partir de la lista de mandamientos que ellos mismos han elaborado: cada alumno deberá recopilar en papel una historia breve (4 o 5 líneas), a ser posible personal, donde se haya infringido un mandamiento, llevándolo a cabo con todos. En el caso de los mandamientos en los que no hayamos “actuado en contra” procederemos al uso de las TICS. El alumnado completará su registro con noticias de periódico o sucesos reales que encontrará mediante búsqueda en Internet. La última parte de la actividad consiste en una puesta en común con toda la clase desde una perspectiva lúdica. Cada mandamiento tendrá asignado una columna en un mural y los alumnos tendrán que ir acudiendo a colocar su historia, hecho o noticia. El procedimiento de salida será de la siguiente forma: un alumno al azar nombra a otro y le indica un número, el alumno nombrado lleva el número del mandamiento concreto al mural y lee “la infracción”; una vez hecho esto el alumno debe nombrar a un tercero, cuya función es exponer el sentimiento positivo impedido, o que ha sido privado, por “la infracción” en las personas que la han sufrido. Ese alumno será el encargado de nombrar al siguiente para volver a empezar la dinámica.
JUSTIFICACIÓN: A través de la actividad propuesta se alcanzaría el criterio de evaluación referente a “comprender y respetar las características del pueblo que Dios quiere contenidas en el decálogo” en cuanto el alumnado se ve impulsado a buscar episodios de su propia vida en los que están latentes los mandamientos, relacionándolos con sus decisiones o las del mundo que les rodea. Si entienden que todo lo que el decálogo indica es el ideal a seguir, como bien se expone en el texto, los alumnos usan sus propias vivencias (por un aprendizaje significativo) para adecuar, justificar o juzgar, a partir los mandamientos, su propia realidad o la de su contexto. Por otro lado, podemos decir que al finalizar la actividad el alumno “clasifica y es consciente del contenido del decálogo”, ya que durante la puesta en común ha debido mostrar que relaciona los números de los mandamientos o sus enunciados con los hechos o sucesos registrados. Ha tenido, en un principio, que usar sus propias palabras para enumerar los mandamientos, algo que ha potenciado su comprensión. Para concluir, y como se expresa en el párrafo anterior, quedaría establecida también la consecución del estándar que garantiza que el alumno “describe con sus palabras experiencias de su vida relacionadas con los mandamientos” cuando afronta la segunda parte de la actividad. En ella el alumno establece comparativas entre los mandamientos y la vida real, poniendo sobre la mesa acciones suyas propias, de su entorno o, en última prioridad, de los medios de comunicación. Puesto que la idea es compartirlas con los compañeros, usaría un lenguaje propio para hacer llegar la idea de la mejor manera posible.
Autor: Diego C. Muñoz Godoy
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