Los
delegados de Enseñanza de las diócesis de Castilla y León mantuvieron
una reunión, el pasado 10 de junio en Tordesillas, para analizar las
consecuencias de la aplicación de la LOMCE para la asignatura de
religión en la comunidad autónoma el próximo curso
Fuente: http://www.salamanca24horas.com/local/15-06-2015-sobre-la-religion-en-las-aulas-resulta-viable-dar-con-calidad-una-materia-en-menos-de-una-hora-semanal
Los
delegados de Enseñanza de las diócesis de Castilla y León mantuvieron
una reunión, el pasado 10 de junio en Tordesillas, para analizar las
consecuencias de la aplicación de la LOMCE para la asignatura de
religión en la comunidad autónoma el próximo curso.
Según Rafael Blanco, delegado diocesano de Enseñanza en Salamanca, “se plantean dos graves problemas. El primero es qué hacer con todo el personal que a día de hoy imparte esas clases. Muchos verán muy reducida su jornada semanal –no olvidemos que se trata de madres y padres de familia- y otros sencillamente tendrán que ir al paro. El segundo es si resulta viable dar con cierta calidad una materia para la que se tiene menos de una hora semanal, por mucho que ahora sea evaluable. En este sentido hay una sospecha fundada sobre una drástica reducción sobrevenida en el caso de primer curso Bachillerato, puesto que al plantearse como una optativa más, teniendo que competir por ejemplo con Tercer Idioma o Nuevas Tecnologías va a quedar desierta. Ciertamente subvierte el principio de acuerdo Iglesia-Estado por el que se propone asignatura de Religión y una alternativa, cosa que no ocurre si se plantea entre muchas optativas”
Los delegados han debatido sobre qué hacer y han comenzado a perfilar una estrategia de respuesta ante esta nueva flagrante injusticia que recorta de nuevo la necesaria formación en valores -en su caso cristianos- que se planteaba estos años como solución a la crisis. De seguirse aplicando de este modo la LOMCE deducen “más paro y menos formación humana”.
Según Rafael Blanco, delegado diocesano de Enseñanza en Salamanca, “se plantean dos graves problemas. El primero es qué hacer con todo el personal que a día de hoy imparte esas clases. Muchos verán muy reducida su jornada semanal –no olvidemos que se trata de madres y padres de familia- y otros sencillamente tendrán que ir al paro. El segundo es si resulta viable dar con cierta calidad una materia para la que se tiene menos de una hora semanal, por mucho que ahora sea evaluable. En este sentido hay una sospecha fundada sobre una drástica reducción sobrevenida en el caso de primer curso Bachillerato, puesto que al plantearse como una optativa más, teniendo que competir por ejemplo con Tercer Idioma o Nuevas Tecnologías va a quedar desierta. Ciertamente subvierte el principio de acuerdo Iglesia-Estado por el que se propone asignatura de Religión y una alternativa, cosa que no ocurre si se plantea entre muchas optativas”
Los delegados han debatido sobre qué hacer y han comenzado a perfilar una estrategia de respuesta ante esta nueva flagrante injusticia que recorta de nuevo la necesaria formación en valores -en su caso cristianos- que se planteaba estos años como solución a la crisis. De seguirse aplicando de este modo la LOMCE deducen “más paro y menos formación humana”.
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