JOSÉ MANUEL CLAR FERNÁNDEZ
Sin haberse celebrado todavía las
elecciones municipales y autonómicas, el PSOE, a través de su secretario
general, Pedro Sánchez, ha iniciado ya su particular campaña para las
generales mostrando su cara más hostil hacia la Iglesia católica, tras
anunciar que si gobierna suprimirá la asignatura de Religión en las
escuelas, recuperando, contrariamente, la Educación para la Ciudadanía.
Asimismo, denunciará los acuerdos existentes entre España y la Santa
Sede. Su intención, pues, es implantar en nuestro país una educación
laica en la que no quepa ni en el currículo ni en el horario escolar las
enseñanzas confesionales.
El señor Sánchez, que aspira a convertirse
en el presidente de todos los españoles y no solo de sus electores
socialistas, pretende saltarse por las buenas todas las leyes y tratados
existentes para convertir la libertad de educación en un privilegio
para no creyentes: "Quiero que mis hijas vayan a un colegio público
donde les enseñen educación cívica y no religión". Con estas palabras el
líder socialista quiere que se imponga a los hijos de todos los
españoles la educación que él elija para sus hijas. (¡Lo que faltaba!).
No cabe duda de que él, como padre, está en su perfecto derecho de
elegir para sus hijas una educación acorde con sus convicciones, como
garantiza la Constitución española (CE), pero no se conforma con eso, ya
que lo que propone violaría un derecho constitucional que asiste a
todos los españoles.
Efectivamente, lo que el señor Sánchez
pretende no solo es poder elegir la educación de sus hijas, pues ese es
su derecho, sino la de todos los niños escolarizados: "Una educación
laica, sin religión en la escuela", ha prometido. Y ahí es donde se
equivoca, pues pasa de ejercer su legítimo derecho como padre a querer
imponer a los demás padres lo que a él se le antoje, ignorando que en
España el 63,5% de los escolares cursan la asignatura de Religión
católica por elección propia o de sus padres y que el 80% de los
españoles son católicos ¿En verdad el líder socialista se ha leído lo
que dice la CE en su artículo 27? ¿Sabe también que estaría vulnerando
lo dispuesto en la Declaración Universal de los Derechos Humanos
(Artículo 26.3), que dice: "Los padres tendrán derecho preferente a
escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos"?
Lo que el señor Sánchez propone supone
quebrantar los derechos humanos y las libertades constitucionales de una
gran mayoría de los padres y de sus hijos al suprimir ciertos derechos
de los españoles por el simple hecho de que no le gustan las creencias
de los demás. ¿Ignora, acaso, que entre los electores y simpatizantes
socialistas también hay muchos católicos que han elegido para sus hijos
la asignatura de Religión católica en su formación escolar? ¿Estarán de
acuerdo con su proposición?
Las materias de Religión católica que
imparten en las escuelas los profesores de Religión autorizados no
suponen un adoctrinamiento de los escolares, ya que su finalidad no es
catequizarlos. La catequesis es enseñada en las parroquias a los niños
que asisten voluntariamente, así que no debe confundirse lo uno con lo
otro. La Religión, como asignatura en los planes de estudio, es una
materia consolidada en el sistema escolar en la práctica totalidad de
los países de Europa, porque es considerada de una necesidad crucial en
la formación integral de la persona. Lo que postula Pedro Sánchez es
algo tan viejo como que la política decida la moralidad del hombre,
sustituyendo la religión por la política.
¿Es que el candidato socialista a la
presidencia del Gobierno no tiene ideas o soluciones para afrontar los
problemas que de verdad preocupan a los españoles?
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