Blog del Profesorado de Religión Católica: Clases y profesorado de Religión

lunes, 11 de julio de 2011

Clases y profesorado de Religión

La clase de religión en Barcelona
El saber en la escuela no es sólo el conocimiento instrumental. Docentes, padres y alumnos, todos estarían de acuerdo en decir que la escuela debe ser también sabiduría de vida, y la religión es una respuesta en el marco escolar
Ramon Corts y Blay
A la Delegación Diocesana de Educación del Arzobispado de Barcelona han llegado ya los datos del curso escolar 2010-2011 tanto del Departamento de Educación de la Generalidad de Cataluña, como de la Fundación Escuela Cristiana y de otras escuelas de iniciativa privada respecto a la enseñanza de la asignatura de religión católica en sus centros de educación infantil, primaria y secundaria. El resultado es que un 42% del alumnado que corresponde al territorio de la diócesis de Barcelona recibe este tipo de enseñanza.

Es un buen dato. No es suficiente si tenemos presente entre otras cosas que la religión en Educación Infantil aún no llega a ser suficientemente tenida en cuenta. Y aún más, que cuando en Cataluña se inició la ESO, los créditos comunes de Religión pasaron a la franja de créditos variables y de eso aún sufrimos históricamente las consecuencias.
Sin dejar los datos que hemos ofrecido, podríamos añadir que el número de escolares que cursan religión en Primaria baja lentamente. Una vez, sin embargo, que estos alumnos han elegido la religión suelen perseverar durante toda la etapa escolar.
Más allá de las cifras podríamos hablar del marco legal de la religión en la escuela y de sus agentes, los maestros y los profesores, los alumnos y sus padres.
El Marco legal. La Constitución española -apoyándose en los Derechos Humanos- reconoce y protege la libertad de conciencia. Esto asegura que cada uno sea formado según sus propias convicciones o las de sus representantes legales (Constitución española, Art.27, 3). Este derecho es reconocido a todos los ciudadanos sean creyentes o no. El Estado español es aconfesional -no profesa ninguna confesión religiosa, pero tiene en cuenta todas las que hay en su territorio y garantiza los derechos de quienes las practican- y por ello mantiene relaciones de cooperación con las diversas confesiones religiosas. Todo el mundo sabe que la clase de religión no es materia obligatoria en nuestro país, pero sí es de obligada oferta por parte de las escuelas y los institutos. Supone pues un ejercicio de libertad y de respeto.
Hay ciertamente, sin que podamos generalizar, algunos centros escolares que a la hora de formalizar la matrícula ponen obstáculos. Igualmente, pueden surgir iniciativas unilaterales e ilegales determinando que en un centro escolar no se ofrezca la clase de religión. Cuando aparecen estas dificultades constatamos siempre un buen entendimiento entre la Delegación de Enseñanza del Obispado y los servicios de Educación de la Generalitat. No llegan a nuestra Delegación por parte de padres y de docentes tantas denuncias relativas a estas transgresiones, como para poder afirmar la existencia de una amplia conculcación de la normativa sobre la clase de religión.
Los docentes. Sin duda, los maestros y profesores de religión constituyen uno de los colectivos bien formados profesionalmente, tanto a nivel teológico como didáctico, que cuenta la Iglesia en Barcelona para llevar a buen término con competencia no sólo la formación estrictamente religiosa, sino también para aportar a la sociedad catalana muchos valores a compartir. En este sentido, cabe decir que durante casi treinta años, los profesores de religión han hecho un buen trabajo para mejorar su formación permanente y se han esforzado también por sus derechos laborales, reconocidos en gran parte por nuestros Gobiernos. Es cierto, pues, que las características propias de la escuela en general y de la pública en particular, y la honestidad profesional obligan al profesor de religión a estar muy al día, ya que se encuentra en una dinámica compleja debido a la diversidad cultural, la laicidad e incluso de la vinculación eclesial.
Los alumnos. La religión contribuye a la formación integral de la persona en tanto que ayuda al niño y el adolescente a entender su origen y su futuro, a situarlo en el mundo y a vivir según los valores del credo que profesa o que aún busca. La moral religiosa no puede anular de ningún modo la ética civil, sino que debe suponer un plus positivo de cara a los valores compartidos como los que giran en torno a la ciudadanía, a la democracia y a la socialización.
De la escuela y de la religión hablan también los obispos catalanes en su último escrito colectivo que es como una declaración de su servicio a nuestro pueblo: "Hay que afirmar el valor fundamental de la escuela como institución al servicio de la transmisión de la cultura y de la educación en la libertad. Dentro de su propuesta, la enseñanza de la religión se presenta como un elemento fundamental para promover el conocimiento y la libertad de los alumnos ante las grandes preguntas que siempre están presente en su vida". Unas palabras que están en clara sintonía con lo que ha dicho Benedicto XVI a los docentes de religión de Italia: "La dimensión religiosa es intrínseca a cultural, contribuye a la formación global de la persona y permite transferir el conocimiento en sabiduría de vida". El saber en la escuela no es sólo el conocimiento instrumental. Docentes, padres y alumnos, todos estarían de acuerdo en decir que la escuela debe ser también sabiduría de vida. La religión es una respuesta en el marco escolar.
Finalmente, la religión es muy útil como fuente de cultura. Así lo han señalado muy bien los obispos catalanes: "La clase de religión transmite nuestro patrimonio cultural", significa también nuestras raíces (Obispos de Cataluña, el servicio de nuestro pueblo). Y ello tanto por los chicos y chicas de aquí como los venidos de fuera y que se integran a nuestra sociedad catalana. La opción por la enseñanza de la religión en la escuela es una oportunidad más que tienen los alumnos inmigrantes, incluso de otras religiones, como herramienta de integración social y cultural, ya sea porque para ellos la religión constituye un elemento importante de su cultura, ya sea por el deseo de conocer la nueva que quieren hacer también suya. Merecen una buena acogida.
Religión en la escuela: fuente de libertad y de búsqueda de sentido, de socialización y de cultura, de sabiduría en definitiva.
Se acerca a la mitad de los padres y del alumnado que corresponde a la geografía de la diócesis de Barcelona el número de los que han hecho esta apuesta.

Ramon Corts y Blay, delegado diocesano de Enseñanza de Barcelona
El 3 de octubre comenzarán las clases en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas

Arte Sacro. El Instituto Superior de Ciencias Religiosas "San Isidoro y San Leandro" abrirá sus puertas el próximo 3 de octubre, según anunció su responsable, Antonio Bueno, en el programa Iglesia Noticia Sevilla de la cadena COPE el pasado domingo. El plazo de matriculación será entre los días 5 y 30 de septiembre, en la Secretaría del centro, ubicada en la zona académica del Seminario Metropolitano.
Con este motivo, el arzobispo de Sevilla ha escrito una carta a los sacerdotes, diáconos, consagrados y seglares de Sevilla en la que comparte su "gran alegría" porque "nuestra Archidiócesis contará, por vez primera, con una institución académica, de rango universitario, dedicada específicamente a la formación teológica de los candidatos al diaconado permanente, de los consagrados no sacerdotes y de los seglares".
Tres especialidades
El nuevo Instituto ofrecerá la posibilidad de obtener, con un reconocimiento eclesiástico y civil, el Grado y el Master en Ciencias Religiosas. Se ofertarán tres especialidades que respondan a la demanda formativa de la Iglesia de Sevilla: Teología Pastoral, con particular acento en Hermandades y Cofradías; Teologíoa Espiritual, sobre todo de la Vida Consagrada; y Enseñanza Religiosa Escolar, dirigida a los profesores de Religión.
Mons. Asenjo Pelegrina señala en su carta que existe la posibilidad de adaptar el plan de estudios del Instituto a las propias necesidades personales, matriculándose como alumno ordinario, extraordinario u oyente, de curso completo o de asignaturas sueltas. "De hecho, aquellos alumnos que no puedan o no quieran obtener la titulación oficial, también tienen cabida en nuestro Instituto pudiendo obtener, como hasta ahora se ha venido realizando en la Escuela de Teología para Seglares, un diploma acreditativo en Teología", destaca el prelado.
El horario lectivo es de lunes a jueves, de 17,20 a 21 horas.
Más información en este ENLACE.
Fuente: http://www.artesacro.org/Noticia.asp?idreg=69960
 

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