Blog del Profesorado de Religión Católica: Los cristianos del Magreb, entre la discreción y la persecución

jueves, 23 de diciembre de 2010

Los cristianos del Magreb, entre la discreción y la persecución

A pesar de que el Magreb es una región de confesión mayoritariamente musulmana -los seguidores del Islam suponen el 98% de los 85 millones de habitantes de Túnez, Argelia y Marruecos-, las fiestas de Navidad también movilizan a la comunidad cristiana desde el Atlántico hasta el golfo de Sirta. Sin embargo, entre los 400.000 cristianos residentes en el Magreb reina la discreción y el anonimato, en gran parte por el miedo a las molestias causadas por la Administración o a la persecución de los grupos fanáticos integristas. 
Por  Pedro Canales
En los tres países del Magreb existe de hecho la diversidad religiosa, y las tres religiones del Libro coexisten. Desde hace siglos, cristianos, judíos y musulmanes han convivido. La ruptura entre las comunidades se ha hecho históricamente por motivos políticos. Durante la colonización francesa del Norte de África —protectorado en Túnez y Marruecos, y asimilación en Argelia— aumentó la presencia masiva de cristianos y hebreos. Tras las independencias en los años 50 y 60 del siglo pasado, su número se redujo drásticamente, principalmente por el éxodo de decenas de miles de judíos hacia Israel y la diáspora, y el retorno a las metrópolis de los pieds-noirs franceses, españoles e italianos.
Sin embargo, aún persisten las tres comunidades religiosas. En Túnez y en Marruecos, la práctica del judaísmo es abierta, aunque su número ha disminuido desde centenares de miles en la época colonial a unos pocos miles en la actualidad. Pero las sinagogas, las escuelas, los cementerios y tribunales, aun funcionan. En Argelia en cambio subsisten algunas sinagogas fuera de la mirada de los curiosos, pero el resto de edificios y monumentos están abandonados.
Los cristianos en el Magreb por su parte se encuentran fuertemente presionados por las políticas fundamentalistas de los Estados y temen ser objeto de atentados por parte de los grupos terroristas islámicos. En Marruecos hay algo más de 110.000 cristianos, esencialmente extranjeros. Entre ellos, la mayoría pertenecen a la iglesia Evangélica protestante. En segundo lugar en número viene la iglesia Ortodoxa y por último la Católica, la más minoritaria. Las catedrales de Rabat y Casablanca, construidas en la época del protectorado francés, realizan los oficios religiosos católicos de la Navidad, lo mismo que el resto de iglesias de barrio aun en funcionamiento. Para la ocasión los coros polifónicos, formados en su mayoría por extranjeros aunque hay algunos marroquíes en los mismos, entonan la música sacra. También se ofician los rituales en la catedral de Tánger, "la española" como se la conoce, que es la única construida según un estilo moderno hispano y curiosamente fue inaugurada en 1961, después de que Marruecos accediera a la independencia.
Aunque en los últimos años la policía marroquí ha detenidos y expulsado a varios predicadores evangelistas y de otras iglesias cristianas, acusados de hacer proselitismo, lo que está castigado con penas de cárcel en el Código Penal marroquí, las comunidades religiosas judía y cristiana en Marruecos se encuentran bajo la protección personal del rey Mohamed VI en su calidad de Emir de los creyentes. A diferencia de épocas anteriores en las que los sultanes de Marruecos se habían autoproclamado "emir de los musulmanes", como los Almohades y los Almorávides, cediendo a la presión de las tendencias más fundamentalistas del aparato religioso, los Alauitas llevan el título de "emir de los creyentes", cuya autoridad religiosa y moral se extiende a los practicantes de las tres religiones del Libro, musulmanes, cristianos y judíos. Lo que confiere al monarca marroquí la particularidad de respetar y hacer respetar el culto de las mismas.
Una Navidad especial es la que se celebra en la iglesia española de El Aaiún, abarrotada para la ocasión, y en la que convergen la mayoría de miembros de la Minurso (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental) con motivo de la misa de Noel.
En Argelia, la Navidad sigue celebrándose en medio de fuertes medidas de seguridad. La catedral de Argel, Nuestra Señora de África, abierta estos días después de cinco años de restauración a cargo del erario de la Unión Europea y de donantes privados, es el centro de las celebraciones religiosas cristianas. El régimen de Abdelaziz Buteflika quiere que la catedral sea el símbolo de la convivencia entre religiones, pero la comunidad cristiana en Argelia -cuyo número varía desde los 50 mil fieles según las Autoridades, hasta los casi 300.000 según el World Factbook, el librito que la CIA norteamericana pone al día cada año sobre el estado del mundo-, no olvida fácilmente que fue diana de atentados terroristas en la década sangrienta de los años 90.
De cualquier manera los cristianos argelinos, que se encuentran en su mayoría en la Cabilia, deberán igual que en años anteriores, realizar los oficios religiosos en la más absoluta clandestinidad. La Ley penal argelina, como la marroquí y la tunecina, prohíbe expresamente a sus ciudadanos convertirse a otra religión fuera del Islam. Y es precisamente esa conversión al cristianismo, sobre todo al protestantismo, la que conoce el crecimiento mayor entre la población autóctona.
Otro tanto ocurre en Túnez, donde la catedral católica se prepara para los oficios religiosos. La gran afluencia de turistas a Túnez, en gran parte europeos de confesión cristiana, a los que se añaden los casi cien mil cristianos residentes en el país, ha impulsado a las Autoridades a facilitar las actividades del culto navideño.
  Fuente: http://www.elimparcial.es

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